Mindfulness, un viaje hacia el bienestar en tiempos complejos e inciertos

Tal vez tú también has podido sentir que el mundo está teniendo cambios cada vez más rápidos y frecuentes. El mundo tal y como lo conocíamos hace unos años, y sobre todo antes de la pandemia, no volvió a ser el mismo y a pesar de que aparentemente hemos superado esos años de encierro, contagios, miedo e incertidumbre que fueron tan difíciles para el mundo entero, la sensación de aparente seguridad que teníamos antes se ha desvanecido.

En mi experiencia como coach, Neuropsicóloga, docente y facilitadora de talleres de liderazgo y espacios de bienestar para empresas, así como en mis propias vivencias personales, he podido constatarlo de primera mano. Experimentar ansiedad o depresión ya no es algo que solo experimentan unos pocos; dormir bien y despertar renovado por las mañanas, ya no es la norma, sino un lujo que muy pocas personas pueden decir que tienen. Altos y constantes niveles de estrés que no desvanecen, hacen hoy parte de la vida de muchas personas. Nos hemos ido acostumbrando a sentirnos mal, sin energía, a no descansar, e incluso lo hemos normalizado.

De acuerdo con estudios realizados en los últimos 5 años en diferentes países, se reportó que la pandemia impactó muy negativamente la salud mental y que hubo un aumento en la prevalencia tanto de ansiedad como de trastorno depresivo mayor. De acuerdo con un estudio masivo publicado en la revista The Lancet en 2021 estimó que después de la pandemia por COVID-19, solo en 2020, los casos de trastornos de ansiedad y de trastorno depresivo mayor aumentaron en más de una cuarta parte en todo el mundo y encontraron que los más afectados fueron las mujeres y los más jóvenes. Esto se traduce en decenas de millones de casos nuevos en un solo año (Las estadísticas sugieren que se reportarán 53 millones de casos adicionales de trastorno depresivo mayor y 76 millones más de casos de trastornos de ansiedad).

Al igual que con la ansiedad y la depresión, y, en muchos casos, secundario a estos trastornos, se ha reportado que con la pandemia aumentaron también significativamente los problemas de sueño a nivel mundial. Estudios como el metaanálisis publicado en el Journal of Clinical Sleep Medicine en 2021 reportaron aumentos importantes en la prevalencia de insomnio y otros disturbios del sueño durante 2020 y 2021. Este sugirió que, de acuerdo con varios estudios, la prevalencia de problemas de sueño durante la pandemia podría haber afectado a alrededor del 40% de la población, un aumento notable sobre las líneas base previas a la pandemia.

Es así como vemos que tanto los trastornos mentales como de sueño se convierten en una prioridad que debemos atender en nuestras vidas. Vivir con ansiedad, depresión o simplemente no poder dormir bien tiene un impacto enorme en todas las áreas de nuestra vida, afectando enormemente nuestro equilibrio de vida y bienestar. Y es que cuando estamos ahí, pareciera que no hay salida. ¿Entonces por dónde podemos empezar?

Lo primero es desestigmatizar estas condiciones y saber que no estamos solos. Por las estadísticas que acabamos de ver, a todos en cierta medida nos ha tocado experimentar alguna de estas condiciones. Por otro lado, es importante saber que el entorno mundial de incertidumbre y de tan alta complejidad en el que estamos viviendo en estos últimos años tiene mucho que ver con el aumento de la prevalencia de estas condiciones. Esto lo han tratado de comprender modelos como BANI que intentan describir las características y retos del entorno y la sociedad actual. De acuerdo con este modelo vivimos en mundos: Frágiles (Brittle), porque lo que parecía estable hemos visto cómo ante situaciones inesperadas puede romperse, ansiosos (Anxious), por la incertidumbre que se está viviendo en todo el mundo, pues cada vez es más difícil tomar decisiones en un mundo tan incierto, No linear (Non linear), porque no siempre es claro saber lo que va a pasar o las causas no siempre producen las consecuencias que esperábamos, e incomprensible (Incomprehensible), porque hoy en día hay tanta información disponible y estamos tan hiperconectados y que nos sentimos abrumados, perdidos o confundidos. Esto implica que este nuevo mundo nos invita a repensarnos a nosotros mismos, nuestra vida y lo que nos rodea.

El estrés crónico afecta cuerpo, mente y espíritu. Descubre cómo la medicina integrativa ayuda a sanarlo desde la raíz con evidencia y compasión.

Tenemos dos maneras de vivir en el mundo, desde la supervivencia, que muchas veces está ligada al miedo, o desde la creación, de enfocarnos en las cosas buenas que podemos alcanzar y crear más que en las amenazas que nos rodean. Aquí es donde he descubierto que “practicas” tan aparentemente sencillas como el Mindfulness y la gratitud pueden convertirse en herramientas poderosísimas para ayudarnos a cambiar nuestro modo de estar en el mundo y devolveros a un estado de volver a vivir en lugar de simplemente “sobrevivir”. Estas están al alcance de todos, pero ha habido muchas barreras que nos impiden practícalas o usarlas a nuestro favor. Las 2 más comunes son: “No tengo tiempo, estoy muy ocupad@” y otra es: “no soy buen@ para meditar, yo no puedo poner mi mente en blanco”.

A todas estas, ¿qué es el Mindfulness? De acuerdo con Jon Kabat-Zinn, uno de los mayores referentes de Mindfulness por haberla introducido a occidente, es “prestar atención de manera intencional al momento presente, sin juzgar”. Es decir, tiene que ver con volvernos más conscientes y más presentes en nuestras vidas, entrenando nuestra atención para relacionarnos de una manera más directa y compasiva con lo que está pasando en este momento en nuestras vidas, ya sea dolor, estrés, circunstancias difíciles, ansiedad o una enfermedad, entre otros. Esta es una práctica que nos ayuda a encontrar un balance interno y que nos ayuda a tener en cuenta e integrar el cuerpo, la mente y el espíritu. Al poder poner nuestra atención de esta manera en el presente, podemos aprender a responder a lo que nos sucede desde perspectivas diferentes que nos den más posibilidades y nos permitan vivir una vida más plena y menos automática y reactiva, alejándonos a la vez de la perspectiva de ser víctimas de una determinada situación, realidad o persona.

En este sentido, no tiene nada que ver con poner la mente en blanco, pues esta “nunca está en blanco”, es ser capaz de “ver” lo que pasa por ella, sin juzgar, engancharnos o rechazar ningún pensamiento o sensaciones físicas. Cuando nos ponemos en disposición y practicamos, podemos sentirnos y empezar a ver todos nuestros pensamientos, podemos verlos con curiosidad, entendemos qué está ocupando nuestra energía y simplemente los dejamos ir como una nube que pasa en el cielo. Para practicar Mindfulness no necesitamos mucho tiempo y si vamos a meditar, podemos hacer ejercicios que pueden durar desde un minuto y lentamente ir aumentando en la medida en que nos sintamos cómodos. Pero como vimos en la definición, el mindfulness no es solo meditar, al final se convierte en un estilo de vida. Podemos practicar mindfulness de manera formal, meditando o podemos hacerlo de manera informal en nuestra rutina diaria, lo cual, se hace más fácil cuando hemos entrenado nuestra atención a través de los ejercicios más formales, pero que podemos implementar si establecemos una intención firme de hacerlo. ¿Cómo? Estando en lo que estamos cuando estamos en ello. Es decir, cuando comamos, realmente enfocarnos en comer, en todo lo que implica, siendo conscientes de lo que consumimos, percibiendo los olores, los colores, textura, sabores, hacerlo es realmente fascinante. Lo mismo podemos hacer mientras nos bañamos, caminamos, o hablamos con nuestros seres queridos o nuestros hijos, etc. A través de muchos estudios diferentes que el mindfulness tiene efectos muy positivos con la salud mental, física e incluso laboral tales como: disminuir el estrés la ansiedad y la depresión, disminuir la rumiación mental, aumentar la capacidad de concentración y memoria a corto plazo, mejorar las relaciones interpersonales, disminuir el dolor crónico y en general generar un mayor sentido de bienestar y calidad de vida.

Si sientes que ha llegado el momento de hacer un alto, respirar y reconectar contigo, te invito a descubrir cómo el Mindfulness puede transformar tu día a día de forma sencilla y poderosa. Puedes dar el primer paso a través de la app BienEstas360 (IG: @BienEstas360), en la sesión de Salud Mental Equilibrio Vital con AKKA HEALTH (IG: @akka.health.bienestarwww.akkahealth.com.co). Allí encontrarás un equipo cercano y comprometido que te acompaña en tu camino hacia el equilibrio: psicología holística y autoconocimiento (Akka Wellbeing), medicina funcional (Akka Medical), nutrición consciente (Akka Nutrition) y movimiento corporal desde el amor propio (Akka Body). Y si quieres que te acompañe personalmente en este viaje hacia tu bienestar, puedes encontrarme en Akka Wellbeing como Karen Halliday (IG: @Neuro_Flow / @Gratitud_y_Felicidad). Empieza hoy, porque el momento para cuidarte es ahora.

Por: Karen Halliday MSc. Neuropsicóloga y Coach.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *